Las redes sociales son el lugar ideal para que los delincuentes de internet encuentren víctimas para sus estafas.
Además de tener millones de usuarios, admiten aplicaciones de software abierto.
Así, cualquier programador más o menos experimentado puede escribir un código malicioso que funcione en estas plataformas y con el que pueda engañar a los usuarios.
Los fraudes suelen consistir en ofrecer productos o servicios que el usuario nunca recibe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario